miércoles, 22 de febrero de 2012

Tras el mensaje: pensamientos iniciales.


En una sociedad libre, la gente ciertamente tiene derecho a su opinión. Pero ese derecho no te otorga derecho a recrear sus propios hechos divorciados por completo de la realidad, no te da derecho a fabricar cifras, datos ni reportar informes desprovistos de la verdad. Y esto tiene que ser el primer juicio que se haga en cualquier planteamiento, análisis o propuesta de políticas públicas en el Puerto Rico moderno. No podemos ni tenemos que aceptar como real una mentira aunque debemos guardarle respeto a alguien por tener una cierta creencia o línea de pensamiento, porque eso es respetar la libertad de opinión sobre todo y sobre cualquier cosa o tema pero no implica aceptar la falsedad. Lo que podemos y debemos hacer, es sujetar toda creencia e ideas al escrutinio público sobre la base de la veracidad de sus premisas, es evaluar dichas opiniones e ideas en relación directa e indirecta con las verdaderas circunstancias y el contexto en el cual necesariamente están insertas.

Dejar a la gente ser el juez es el proceso democrático y se propone como parte de este ejercicio fundamental el proveer las informaciones justas y necesarias de las maneras más fieles y fidedignas a la realidad. Dejar que la opinión pública dicte el equilibrio en favor o contra cierta línea de pensamiento pero que dicha opinión pública sea educada y conocedora de los antecedentes, documentos, testimonios y fundamentos reales que describen, justifican y explican dichas opiniones e ideas.

Este proceso “socio-político-filosófico” de ideas, se propone que lleve a una clasificación de las ideas como correctas, necesarias, deseables, prioritarias, o en su defecto como inservibles aunque sean atractivas y llamativas. Ponernos alas no nos da la capacidad de volar por más hermosas que sean. Las ideas que queremos, necesitamos y esperamos son esas ideas que informan y no necesariamente las ideas que divierten, entretienen o impactan. Esas ideas que reconcilian nuestra cultura diversa, pertenencia y origen con nuestros ideales, anhelos y requerimientos como pueblo comunicadas en un medio lingüístico veraz y creíble. Ideas que nos dirijan en el proceso crucial de elegir a nuestros líderes y nuestros proyectos como pueblo. Ideas en las que podamos confiar como reflejo de nuestras causas y aspiraciones.


Dada la historia de malos gobernantes (a la fecha se han encontrado culpables de corrupción, falsas representaciones y actos ilegales a cientos de políticos y empleados gubernamentales: desde legisladores y alcaldes a funcionarios del ejecutivo, y eso en nuestros tiempos recientes y actuales) y la desconfianza que esto necesariamente genera entre la gente ante su gobierno nos ha reforzado la suspicacia, unas preguntas interesantes nos caracterizan: ¿cómo nos familiarizamos con lo que hará alguien en una posición de responsabilidad o de poder? ¿Cómo podemos predecir lo que hará alguien una vez tenga el poder y la confianza de la gente? ¿Cómo podemos discernir sobre los cambios y lo que de verdad buscamos? ¿Cómo podemos medir la integridad? Para contestar a estas preguntas, como pueblo, debemos poner en lugar un proceso formal de revisar los mensajes y las informaciones que recibimos, y proceder al escrutinio de los individuos y grupos que los comunican.

Una manera que propongo que no funciona es crear una fantasía disparatada sobre nuestra realidad cotidiana: hacernos un cuento cuando sabemos la verdad que vivimos: verdad de más desempleo, menos fábricas y menos manufactura, más criminalidad, deserción escolar de 48%, el que nuestros hijos e hijas se hayan tenido que ir de Puerto Rico porque no encuentran oportunidades, unos 200 mil graduados de universidad, buenos jóvenes que hoy aportan al bienestar de otras comunidades ya que aquí no encontraron como ayudarnos y ayudarse ellos mismos, el cuadro que vemos a nuestro alrededor de que ha incrementado la pobreza, el que hayan unas 15 mil unidades de vivienda que nadie puede comprar aunque hay miles de familias honestas y trabajadoras que quisieran poder adquirir un hogar para cimentar su futuro, el que servicios esenciales a nuestro sistema de vida como la luz/ energía eléctrica vale más de un 7O% más cara y que al exigir explicaciones nos encontremos con un sistema del llamado [des]ajuste de combustible que nadie prudente y razonable puede entender, que los viequenses y culebrenses vivan una tragedia para transportarse luego de que supuestamente se han invertidos cientos de millones en un servicio de lanchas que obviamente fueron a parar a otro lado, que insistan en impornernos un gasoducto contaminante y peligroso que nadie quiere, etc., etc.,...


Hasta ahí llega el embeleco, narrarnos una historieta que cada día, todos los días, a cada momento y en todo momento sabemos que es irreal, que no es nuestra vida ni la de nadie de nuestras familias ni comunidades, eso es simplmente mentir y tratar de cogernos de tontos.

Que haya un grupito que vive en las papas, vacacionando en hoteles de lujo, y dándose la buena vida, lo sabemos pero que pocos son, demasiados pocos y luego pensar que esos mismos que viven en las papas son los que salen bien de las gestiones de nuestro gobierno y nos dejan la cáscara a la vasta mayoría, no, esa no es la manera de convencer a nadie.


Puedes engañar a alguna gente todo el tiempo, puedes engañar a mucha gente un poco de tiempo pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo...

Anoche el Gobernador tenía un problema gigantesco y no era un problema social, era un problema personal, muy personal, era un problema de Luis Fortuño (y no necesariamente del puesto per sé) y por ende de todos los que se abrazan a su figura y propuestas de gobierno. Fíjate que no es un problema de que creas en tal o cual propuesta de estatus, que tengas tal o cual idea o opinión ideológica, era un problema de credibilidad de Luis Fortuño. Dicen que tienes una vida para crear fama y que sin embargo esa fama la puedes destruir en poco tiempo pero luego reconstruir dicha fama es muy difícil. En otras palabras cuando pierdes esa credibilidad, cuando se te ha visto el refajo en una multiplicidad de ocasiones, cuando solo dicen creerte los que se benefician directamente (de decir o aparentar que te creen) pero esos beneficiados resultan ser muy pocos, estas en el proverbial tres y dos, a punto de poncharte. Anoche el pueblo era el mejor pitcher y lo que tenía era un relampagueante lanzamiento de más de cien millas por hora en su capacidad de discenir sobre el mensaje del Gobernador que vino a batear con un escuálido palo de escoba.

La gente tiene una manera de detener al individuo responsable de sus problemas, el que no ha vivido para llenar sus expectativas. La cláusula de responsabilidad del contrato social constriñe la confianza pública. Es el factor disuasivo que obliga a la integridad. Es el constreñimiento, el negar credibilidad, lo que hace el trabajo de desyerbo de la democracia de una sociedad libre.

Entre las tradiciones populares existe la de las "plañideras". Estas damas eran mujeres muy en control de sus estados emocionales y algo de grandes actrices del melodrama de calle, ante la necesidad o la decisión podían iniciar toda una sesión de llantos, lamentos y sollozos (aunque fuese por completo fingido). Bueno el asunto tradicional narra que estas eficientes doñas alquilaban sus servicios de sufrimientos públicos para que se instalaran en los velorios de personas que de otra manera realmente nadie echaría de menos... algo de esta tradición, pagar por que te canten o te lloren, tiene el desenlace del Mensaje del Gobernador.

Hoy ya es tarde, claro los que cobran por aplaudir, aplaudieron, los que cobran por defender lo indefendible, defenderán lo indefendible. Por otro lado ¿cuántos de esos empleados municipales y de gobierno que se ven obligados a participar en estos eventos de apoyo coaccionados y amenazados (con perder el trabajo) realmente apoyan lo que se ven obligados a apoyar...???

Hoy la encuesta de opiniones del pueblo, insistimos incluyendo estadistas, es clara, firme y contundente: se hunde el barco, el capitán se ha encallado por insistir en imponer su ruta, mientras la tripulación busca salvarse, las ratas esperan para saltar...



Fotos desde el espacio: NASA.

5 comentarios:

Elsie Allen-zaidi dijo...

Excelente análisis de la realidad puertorriqueña.

Ketty Maldonado Perez dijo...

Ay Roberto, qué tristes verdades expones en este espacio y tantas ratas arrastrandose para seguir robandose todo lo que nos pertenece!

José R. Serrano Morales dijo...

Hay dos clases de políticos: los que usan la lengua para disimular sus pensamientos y los que la usan para ocultar su falta de pensamiento.
-Jan Gresshoff

Alberto Octaviani Irizarry dijo...

Contundente análisis de la realidad puertoriqueña: doloroso pero real.

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

gracias... seguimos...