miércoles, 27 de junio de 2012

Cuando todos conocimos a Nora...



Entre las injusticias sobre la muerte de un escritor es que no se encuentran disponibles para escribir sobre su muerte como casi de seguro la mayoría hubiese preferido.

Nora Ephron, ensayista, autor y cineasta que desafió y prosperó en los mundos dominados por el machismo (y los hombres) en el cine y el periodismo fue amada, respetada y temida por su devastador ingenio, murió el martes en Manhattan. De 71 años, murió de leucemia.

Nacida en una familia de guionistas, fue periodista destacada a sus 20s y 30s, luego autor y director exitosa, Ephron fue una de los escritores más influyentes de su generación. Escribió y dirigió filmes favoritos como "Julie & Julia" y "Sin dormir en Seattle", y sus libros incluyen la novela "Acidez", sobre su matrimonio con el periodista del Washington Post Carl Bernstein (de la fama de Watergate); y colecciones de ensayos como "No recuerdo nada".

Fue dura con otros — las transgresiones maritales de Bernstein fueron inmortalizadas en "Acidez" un hombre "capaz de tener sexo con una persiana" — e implacable sobre sí misma. Escribió abiertamente sobre su infancia difícil, sus relaciones fallidas, sus dudas acerca de su apariencia física y la intromisión odiada del paso de la edad.

"Todos nos vemos bien para nuestra edad. Excepto nuestros cuellos", escribió.

Como guionista, Ephron fue nominada tres veces para los premios de la Academia, por "Silkwood", "When Harry Met Sally..." y "Sin dormir en Seattle" y fue una mujer excepcional que pudo escribir, dirigir y producir películas exitosamente en Hollywood. Se ha dicho de su personalidad: "Nora Ephron fue artista y periodista, sabía lo que era importante saber; cómo las cosas realmente trabajaban, lo que valía la pena, lo que era fascinante, tanto en una mesa cenando como en un set de filmación ella tomaba todo con sabiduría e ingenio mezclado con amor por la vida." (Tom Hanks) 

Palabras, palabras, palabras era el aire que respiraba.

"Personas que no estan en el negocio son conocidas como civiles," Ephron escribió en "No recuerdo nada".

Si el mejor humor nace de la tristeza, Ephron fue destinada para la comedia. Tenía 15, recordó, cuando su madre se convirtió en una alcohólica, terminando una botella de whisky escocés en una noche. Su padre, también era un gran bebedor, "chapucero, sentimental," aunque "de alguna manera su alcoholismo fue más benigno".

Del humor a la seriedad y de regreso al humor: una vida. Victor Navasky, el editor, entonces corría una revista satírica llamada 'The Monacle'. Éstaba trabajando en una parodia del New York Post, "La plaga de Nueva York," y le pidieron una parodia a Ephron. La editoria del periódico, Dorothy Schiff, razonó que quien podía burlarse del Post también podría escribir para él. Dentro de una semana, tenía un trabajo fijo y permaneció allí cinco años.

El Post, escribió más tarde, fue "terrible" y ella envidiaba a sus compañeros en The New York Times y en otros lugares que tenían más tiempo para trabajar sobre sus historias y mejor acceso a las personas que querían entrevistar. "Pero el punto es este. Era mejor...", escribió en la introducción a la colección de ensayos "Alhelí en la orgía", publicado en 1970... "Aprendí a ir tras los "clips" (recortes y notas breves de prensa), encontrar los nombres de personas del pasado del sujeto, cazar en viejos libros de teléfono, seguir las anécdotas. Lo que estoy diciendo puede parecer obvio; pero una de las cosas que me aturde es cómo rara vez los reporteros hacen esto. "

Ephron comenzó a escribir para Esquire y The New York Times y se desarrolló como una interlocutora digna de los periodistas nuevos. Parte de su talento creativo era darle una mirada fresca a temas tradicionales como la comida y la moda, como en el ensayo "El establecimiento de alimentos: la vida en la tierra del naciente suflé (¿o es el merengue?)"

"El típico miembro del establecimiento de comida", escribió, "es dado a decirle, apropos de nada, cuántos suflés ha cocinado en un corto periodo de tiempo. ... Él chismea mucho sobre sus colegas, sobre lo que están cocinando, ...y a quien están hablando, todo, de hecho, excepto una cosa.. — quién duerme con quién."



Sus créditos incluyen el drama sobre un caso real de contaminación nuclear "Silkwood".

Voy a destacar esta propuesta dramática que se basa en un enfoque de un problema de contaminación ambiental que es tema infrecuentemente tratado, poderoso, controversial y que prueba los límites temáticos de la producción comercial de filmes: historias reales sobre problemas desgarradores.

Películas como Silkwood (1983) basado en la vida real de Karen Silkwood, quien informó de las violaciones sistemáticas de las normas de protección de seguridad y salud en la planta propiedad de la compañía Kerr-McGee de procesamiento de plutonio en el estado de Oklahoma, y muere en circunstancias misteriosas justamente antes de entregarle a un reportero de The New York Times archivos y documentos secretos que evidencian la contaminación que de hecho desaparecen tras su muerte, o "Una Acción Civil" (1998) por Steven Zaillian, que narra la historia de un verdadero caso de indemnización a las familias de los niños enfermos de leucemia causada por la contaminación por tricloro y tetracloroetileno de efluentes industriales de agua destinados al consumo humano, esta vez en Woburn, Massachusetts, o "Norma Rae" (1979) por Martin Ritt, una película que narra la historia de una trabajadora de fábrica de un pequeño pueblo en Carolina del Norte, quien se involucra en las actividades del sindicato en la fábrica textil donde trabaja y se basa en la verdadera historia de Crystal Lee Sutton (1940–2009); y la más reciente "Erin Brockovich" (2000) que narra la historia de la extraordinaria mujer, sin formación jurídica y con un fondo familiar complicado, que prepara una exitosa demanda contra la Pacific Gas and Electric Company por contaminar el agua para consumo humano con cromo hexavalente en Hinkley (California, EEUU).

No es poca cosa el escribir y colaborar en una de estas puestas en escena de un documento que nace como propuesta de entretenimiento y logra sacudir el temario social.

 Favor ver: http://www.youtube.com/watch?v=1KGmkaoIbQo 

Sin embargo la escena impactante de Karen Silkwood contaminada siendo bañada rigurosamente compite con otra de sus escenas inolvidables, la de una mujer en plena cafetería llena en la hora de almuerzo que simula tener un orgasmo, como dos de los aportes de la filmoteca de Ephron que son considerados geniales.
Favor ver:

http://www.youtube.com/watch?v=b0OeM6UUAoI

Fue conocida por hacer películas para mujeres. Insomne en Seattle, "You Got Mail", Julie & Julia, y, más especialmente, "When Harry Met Sally" son clásicos de la comedia romántica porque dicen algo familiar y verdadero: el Empire State Building es romántico; emails largos sobre libros y música son emocionantes; una nueva receta es satisfactoria; y, sí, que es muy, muy difícil para hombres y mujeres ser sólo amigos.

Pero es la profunda comprensión de Ephron de la mujer lo que hace que sus películas sean valiosas para todos, independientemente del género. La capacidad de Ephron de representar a sus personajes femeninos en momentos de triunfo, fracaso, inseguridad y alegría es reconfortante para las mujeres - e instructivo para los hombres.

Ephron tenía una gran instinto y balance sobre la tontería, fue una artista del final feliz. Admiradores a larga distancia que se reúnen al final de la película en un homenaje a cómo películas podrían decirnos cómo vivir.

Una mujer y su mejor amiga, van a ver "Affair to Remember," que la inspira a sugerir a un enamorado desconocido - como Cary Grant y Deborah Kerr - a encontrarse en el Empire State Building, el día de San Valentín.

Hizo bromas sobre hacer cine: "Una de las cosas de la que estoy completamente fascinada," dijo, a su manera característicamente irónica, "es la determinación de muchos directores de cine — en su mayoría hombres — en creer que es como pelear una guerra. Si tienes una empresa de catering", dijo, "no es una guerra. Creo que tenemos que recordar eso".

Nora Ephron hizo bromas sobre su edad: "Soy muy vieja para tener sexo en una habitación de hotel".

Ephron al final estaba escribiendo ensayos — acerca de la comida, que ella amaba, sobre su casa en la ciudad de Nueva York y sobre envejecer.

"Creo un montón de cosas acerca de envejecer, una no tiene absolutamente ninguna imaginación que esto realmente va a suceder," dijo. "Piensa que vas a ser la única persona que no necesita anteojos para leer, o la única persona sin menopausia... y al final, la única persona que no va a morir. Y luego de repente te enfrentas a cualquiera de esas cosas, y no puedes creer que poca imaginación has tenido sobre lo qué realmente es."

La vida de Ephron fue definida por la imaginación - por ingenio despreocupado, sería agradable pensar que creía que la gente trasciende pero la frase "todo sucede por una razón" era un sermón que sólo le molestaba.

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