domingo, 19 de junio de 2011

zarpando...



Sugiero que la familia es una verdad sentimental, sugiero que esa realidad es más importante que criterios de ley que deben en todo caso partir de un reconocimiento de la existencia de dicho hecho como hecho humano...


Si he dicho que vivir es como navegar, la familia es el barco y hay barcos de todos los tamaños, hay yolas de remos, hay veleros pequeños y veleros grandes con múltiples alas para recoger los vientos pero los barcos no navegan solo a menos que haya ocurrido una tragedia, las naves son empresas unitarias, son tripulaciones que con mayor o menor talento distribuyen las tareas y responsabilidades, que comparten siquiera por ratos las mismas direcciones y anclan en los mismos puertos...



Una familia se enfrenta con sus problemas cotidianos, sus sueños y sus ilusiones igual que los marinos se enfrentan al mar...


El hijo vive obsesionado con reunir dinero para cambiar su realidad. El padre, aunque no está de acuerdo con la visión de su hijo sólo desea reflotar sus viejas esperanzas pero no puede ser la causa de que su hijo se rinda y decide demostrarle que aunque todo parezca perdido siempre hay una salida. Sin embargo la vida no es tan sencilla y ambos tienen que tragarse la amargura de la realidad de que la situación continúa empeorando. El hijo nota que sus sueños se a distancian pero decide ayudar a su padre como sea, aunque sus medios económicos son cada vez más escasos. Se dan cuenta, más allá de las crisis y de la pobreza, de que todavía es posible luchar por lograr objetivos y que sólo depende de que uno esté dispuesto a dar o a perder para alcanzar sus ilusiones. Los caminos de ese padre y de ese hijo se entrecruzan cada cual a su manera, para torcer sus destinos.

Se rompe la familia cuando se abandona por completo el viaje, porque aunque alejados por ratos si existe familia, existe regreso, levantamos ancla y volvemos a zarpar... encallamos en la soledad, nos hundimos por el olvido, nos ahogamos por la insensibilidad...

Se requiere que el padre de hoy cumpla un papel determinante en su hogar y en la sociedad. No se trata de un barco de un solo tripulante. Antes se limitaban a desempeñar un rol de proveedores de ingresos familiares. Pero ahora nos encontramos que los hombres tienen que combinar más empuje y compromiso con la causa familiar, el apoyo a los familiares y la crianza de los hijos. La comunidad requiere de padres participativos, pacientes y abiertos a escuchar...

¿Qué es la familia?

¿Qué es lo que se celebra exactamente hoy y todos los días?

Previamente las definiciones eran que la familia es la unidad doméstica compuesta por dos adultos, hombre y mujer, y los hijos de ambos. Esta es una definición clásica pero ¿es que acaso no es todavía de esa forma y manera? Digamos que si digamos que sigue siendo familia una unidad doméstica compuesta por dos adultos y los hijos de ambos, sin embargo las definiciones no pueden ser cinturones de castidad del significado, las definiciones aunque establezcan las guardarrayas del concepto deben poseer los criterios de relevancia que les otorguen pertinencia a la realidad y sus contornos. Si la familia tradicional de la definición clásica es familia, pero la familia es a la vez mucho más y de cierta manera es mucho menos también. En la medida de que es mucho más es que incluye otras realidades excluídas por el referente clásico y tradicional, en la medida que es hasta menos es que los requerimientos de personas necesarias (cantidad) para establecer esa unbidad es menor (cantidad).

Lo que ha sucedido es que han cambiado, a mi manera de sentirlo, los criterios rectores. Ya no es suficiente contar quiénes son, es preciso saber lo que los une. Sin entrar de momento en controversias adicionales si no fuese así estaríamos afirmando que un hombre o una mujer que viven con sus hijos no es una familia. Lo que podemos llamar la familia monoparental y su abundancia estadística por las razones que fuesen hace que empecemos un proyecto de redefiniciones de la unidad familiar tal vez basado en otros criterios que meramente la membresía per sé. Las familias mixtas, de matrimonios anteriores, y las familias con parejas de adultos del mismo sexo nos impulsan a redimir las actitudes que deben darse para que se forje la realidad familiar: dada la satisfacción mutua o grupal de necesidades económicas, emocionales y de sentido de pertenencia, fundamentalmente estamos hablando de una propuesta familiar. Se habla de la crisis de la familia y en la mayoría de las ocasiones se refieren a ello por la 'desestructuración' de la familia tradicional sin embargo como vimos en la historia que citamos la crisis de la familia no surge de cambios estructurales sino del impacto que tiene la situación socioeconómica en esa propuesta familiar.



La familia es una forma de organización social, la más básica y antigua, que ha ido evolucionando y como forma de organización más allá de referentes tradicionales se tiene por necesidad que ajustar a los cambios en los tiempos y los cambios en las relaciones entre las personas. Lo que está en crisis, según mi opinión, no es la familia por ejemplo la que hemos descrito al principio por razones de no que mencionamos una figura materna. La persona que abandona la solidaridad socioeconómica de la unidad familiar, o deja de atender una necesidad emocional de uno de los miembros de su propuesta familiar, sea su madre, padre, hijo, hija o su pareja, sin que tenga ninguna importancia el sexo o condición contractual de esa persona, esa persona que abdica, que de facto renuncia a sus responsabilidades y deberes, es la persona en crisis como miembro de su familia.



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