La Junta porcina de control fiscal, de acuerdo a Orwell. La actual crisis económica de Puerto Rico y sus repercusiones sociales se pueden ver e interpretar desde varias perspectivas. He optado por abordarlos en términos de los conceptos y procesos de personajes literarios. Mi elección hermenéutica específica está dictada principalmente por mi énfasis en la lectura de fenómenos socioculturales no bloqueado por sistemas formales de significación, sino más bien como historias en proceso, cuyo significado se redefine constantemente de acuerdo cómo se perciben e interpretan. Esto significa que es uno de varios enfoques creativos posibles. Espero ofrecer estas ideas motivado por mi convicción de que las meras discusiones econométricas oscurecen los principales parámetros de las relaciones sociales en argumentos financieros y políticos aburridos e irrelevantes.
Es cierto que las asociaciones etimológicas no pueden llevarnos lejos, a menos que se establezcan niveles teóricos, ideológicos o socioculturales más profundos y amplios pero como la literatura ha demostrado en todo momento, un buen cuento o un poema puede revelar las verdades ocultas tras la retórica oficialista y la prosa publicitaria que nos alimentan a diario. En períodos de crisis colectiva florece el fenómeno de símbolos reales: grupos específicos de personas (por lo general élites) e incluso individuos totalmente egocéntricos son identificados como sujetos, como protagonistas o antagonistas, como en el drama narrativo típico y la construcción de comedias.
En la actual crisis económica, resultan geniales y prtinentes los cerdos orwellianos ya que son descaradamente un elenco de tecnócratas sensibles solo a los dictados de sus propios intereses económicos, "socialités animalizados y criminales de cuello blanco". Sin duda, reunidos por virtud de una promesa que no promete realmente nada en una junta de cerdos son responsables de una serie de comportamientos negligentes o inapropiados y, lo más importante, de mantener y proliferar estructuras socioeconómicas altamente problemáticas que se desvían del bien común solo para alimentar su codicia y avaricia.
A los ojos de la mayoría que no tenía interés inicial de resistir sus deseos creyendo que trabajarían para nuestro bien colectivo, los cerdos de la junta se han convertido en agentes de una fuerza contaminante que erosiona nuestro ecosistema socioeconómico. El comportamiento irresponsable por parte de la autoridad política y económica de los cerdos de la Junta se transfiere como un destino inevitable, estamos condenados sin opciones ni derechos, y debemos depender de la inteligencia de los cerdos sin cuestionar sus motivos.
"Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros" dice Orwell principalmente porque en nuestro imaginario representan una entidad excepcionalmente poderosa, manipuladora y engañosa en nuestra actual crisis socioeconómica histórica. - pachi/ ROF
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