“Ser o no ser, esa es la cuestión:
¿qué es más digno para el alma?, soportar las flechas y pedradas de la áspera fortuna
o armarse contra un mar de adversidades y darles fin con atrevida resistencia…”
-Tomado del monólogo de Hamlet (Escena IV)
Ocupe Wall Street ha ganado ya, quizás no la victoria que la mayor parte de sus participantes quieren, visionan y sueñan, pero ciertamente, no obstante, han logrado triunfos trascendentales. Han alterado ya nuestro debate político, han cambiado la agenda, cambiado las perspectivas de los medios, e incluso se han colado como tema obligado de la vasta mayoría de las comunidades de buena parte del mundo. Y eso es maravilloso.
Igual su propuesta de acciones sin chiquitas ni procrastinaciones intelectualoides ha establecido un método de evaluación de la praxis de los seres humanos. Es una fórmula sencilla y es inescapable: define tu actitud ante las injusticias sociales: eres un pendejo o no.
Veamos:
Hay buena razón para enfocarse en el 1% en vez de seguir construyendo ideológicos castillos en el aire o barrocas disertaciones filosóficas rococó de prosas ininteligibles, engoladas y grandilocuentes. Hay evidencia de que los ingresos en este nivel de la élite se correlaciona con los cambios legales que produjeron la crisis. Las ganancias de los altos ejecutivos empresariales y las familias de la élite más exclusiva han subido a niveles históricos precisamente amparados en el descenso de los sueldos de los trabajadores igual a bajos históricos, es el resultado de prácticas sombrías de ingeniería financiera no es asunto de la suerte ni del destino. Estos problemas requieren una solución democrática y de plantear cómo queremos estructurar nuestra economía. El 99% lo ha establecido como una ecuación fundamental: hay dos grandes planos de intereses socioeconómicos y subsiste como siempre una zona gris (una especie de limbo) de lo que llamaremos el purgatorio de los pendejos con justo título.
Repentinamente, la equidad, la imparcialidad, la justicia, la distribución de ingresos, y la responsabilidad social son los temas de frente y centrales a las atenciones mundiales. Nos hemos movido más allá de la conversación unidimensional sobre cuánto y dónde hacer reformas, remiendos, parches y concesiones acomodaticias para dimininutos grupos. Las preguntas sobre el tejido social de nuestra generación han vuelto al corazón del discurso político. Forzando esta nueva discusión, OWS ha hecho que la mayor parte de los otros participantes en nuestra cultura luzcan inpertinentes, irrelevantes, zonzos y apáticos al drama humano.
Por supuesto, las emociones viscerales que acompañan el activismo masivo generan no sólo una energía que pueda cambiar la política pero una cierta inevitable incoherencia. OWS no es una tesis doctoral con puntos cuidadosamente redactados y un apéndice de datos. Es un movimiento sin líderes, y puede a menudo ser dolorosamente simplista en su crítica económica, careciendo en delicadeza en sus estrategias políticas. Con todo, el punto de OWS no es ser sutil, analizado, o lleno de matices. Su papel es energizar la política y empujarla a un lugar diferente, proporciona la exuberancia, inspiración y energía del sentido común y se nutre directamente de las vivencias reales y cotidianas de la gente. Enfoque avallasador que sin proponérselo se mofa de los culipandeos y las posturas vacilantes de los eternos sabios de la inercia nula. No hacer nada es simplemente sello de un genuino pendejo hecho y derecho.
¿Hacia dónde exactamente nos lleva el movimiento de la historia? ¿Es un reto a la imaginación que simplemente no nos podemos dar el lujo de esperar? ¿Metas y estrategias? Son, en gran parte, preguntas imposibles ahora porque tanto de las contestaciones radica precisamente en el crecimiento del movimiento y cómo sigue interactuando como fuerza de cambios. Pero jugarse el rol del Godot es como ser el tonto de la loma de la canción de los Beatles que ve el mundo girar sin saber qué hacer.
Los liberales e intelectuales de bolsillo, por negarse a enfrentar el aspecto canibalesco del capitalismo sin restricciones y la globalización (y de hecho resguardados en sus miserables conveniencias) condenando a los que lo hicieron, se han separado quirúrgicamente de las raíces del pensamiento creativo moderno. Extraña cosa es convertirse en pieza de museo de los absurdos mientras sigues supuestamente vivo. Dirán que fueron traicionados, y por esto a su vez hasta sin propónerselo traicionaron al resto de la sociedad por tal de garantizarse su butaca de comodidad, de repente se encuentran en el margen. La esperanza vive y crece en la calle a la que se han negado entrar por temores e inseguridades existenciales, nada, por pendejos.
La contribución de los pujantes movimientos sociales al bienestar humano hasta la fecha ha sido decir en voz alta el nombre del enemigo: las finanzas del actual sistema capitalista. Los que han, hasta sin querer reconocerlo, vivido de las migajas han quedado igualmente retratados en su pleno estado de (pendejitud) contemplaciones vanas, banales y cursi. En el panorama de frutas y vegetales vibrantes son cáscara seca.
Hay evidencia de que algunos otros intentan disimular su estatus de eterna pausa esencial explotando aspectos problemáticos de esta iniciativa para sus intereses pervertidos propios. Pero el emplazamiento de la verdad ha sido tan fuerte que no hacen que más que empezar con sus habituales peros, muletillas emocionales y dudas que se les ve el remiendo de falta de verdadera integridad intelectual y moral gelatinizada que se derrite ante el sol.
Es período culminante que presagia en el horizonte un sistema alternativo enfocado en las necesidades del "nosotros" y todos aquellos predicadores del egoísmo y la liturgia egocentrista se les fue el barco y se han quedado varados en el muelle con sus maletas llenas de retórica y semántica hueca. El movimiento social actual puede ser el principio del cambio paradigmático y sistémico, triste negarse a caminar al futuro por estar demasiado amarrado al ayer.
La acción de masas es la única manera de prevenir la desigualdad y la agresión en todo el mundo. Puede ser el principio de un gran movimiento, o una oportunidad perdida si se fracasa, la historia ha conocido fracasos previos sin dudas, pero peor es jugarse el papel del pendejo y esperar a ver qué hace la humanidad, escuchando el paso del tiempo no atreverse siquiera a asomarse a la ventana.
De pronto podemos citar que estadísticas recientes que han revelado que en los Estados Unidos un 74% de la población desea que se le cobren impuestos significativos al 1% para ayudar a solucionar la crisis económica parece atestiguar que la cosecha de la valentía, el arrojo y el sacrificio de los movimientos sociales que se han lanzado a la calle a protestar empieza a cuajarse de una manera impresionante. Y los otros pues como buenos pendejos hablan de las miles de razones que siempre encuentran para no hacer nada o para dudar de todo.
Ser o no ser...
4 comentarios:
Es@s pendej@s siempre encuentran una excusa para no apoyar los movimientos de verdaderos cambios y verdadera demo-cracia. Eso sí,son l@s primer@s que salen a aprovecharse de las ganancias cuando hay triunfos!
Esto esta bueno de averdad... Va con esto: Rosarios de ponderación de una elite pequeño burguesa, eruditos de letras interfectas, palabras de tumbas de marfil, velorios de una realeza orgánica, reformistas de la neo—liberalidad, vende patrias por omisión, traidores por inacción.
Hace un mes, comenzó con un mensaje escueto por Twitter que invitaba a gente a ocupar Wall Street para protestar por la crisis socioeconómica.
Desde entonces, la policía ha arrestado a 499 personas. La mayoría fueron citadas y luego liberados. Supuestamente 89 personas realmente estuvieron en cárcel. Hoy los manifestantes han decidido protestar en las inmediaciones de las oficinas del Fiscal general de la ciudad referente a los arrestos y la represión del movimiento.
Un mes de protestas ha visto el movimiento crecer a ser un movimiento global, y sigue adquiriendo ímpetu tanto en Nueva York como en todas partes. Una gran mayoría de niuyorquinos, incluyendo republicanos, apoya la protesta, una nueva encuesta, Quinnipiac revelada ayer lunes refleja que el 67% de Nueva York está de acuerdo con las opiniones de los manifestantes, mientras que un 87 por ciento abrumador, incluyendo casi 75% de republicanos, dijo que "aprueba sus protestas." Y mientras Ocupe Wall Street obedezca la ley, más de 70% de Nueva York - y casi 80% en Manhattan - dijo que a los manifestantes se les debe permitir permanecer mientras deseen.
Estos resultados al igual que una reciente encuesta de un medio principal (CBS) que reflejaba un 74% de la población favoreciendo imponer impuestos al 1% para solventar la crisis económica que han creado son evidentemente en gran parte gracias a los sacrificios de OWS.
Hacemos las anotaciones pertinentes en respuesta a ciertas opiniones sin fundamento que han aparecido en ciertos medios locales de internet que disparan de la baqueta sin tomarse la molestia de investigar el tema antes de redactar 'monerías' de artículos sin verdadera sustancia, citas, referencias creíbles ni contenido de hechos.
Favor ver:
http://losretosdigitales.blogspot.com/2011/10/acontecimientos-recientes-han.html
http://ortizfeliciano.blogspot.com/2011/10/llamado-la-accion-unidad-para-el-cambio.html
http://losretosdigitales.blogspot.com/2011/10/procupando-el-movimiento-ocupa-boricua.html
http://www.cbsnews.com/8301-503983_162-4923732-503983.html
http://www.bloomberg.com/news/2011-10-17/wall-street-protesters-backed-3-to-1-by-new-yorkers-quinnipiac-poll-says.html
Date a respetar... parte de esa tarea de dignidad es proclamar la verdad y tus opiniones basado en argumentos y criterios fundamentados...
Diagnosticado: Micronucleosis, también conocida como fiebre de los cojones, o vulgarmente como enfermedad del peo, es una enfermedad infecciosa causada por el virus de falta de verdadero compromiso y honestidad que pertenece a la misma familia del virus del herpes de principios morales y la hipocresía. Aparece más frecuentemente en izquierdistas, profesores y miembros de sindicatos. Se transmite principalmente por el intercambio de mierda, a través de verborrea compulsiva, y al compartir la pendejería con otras personas. Se han descrito episodios epidémicos en Puerto Rico. En la gran mayoría de los casos, no se necesita otro tratamiento diferente al coraje y la convicción, la ingesta abundante de sinceridad y la toma de decisiones de ponerse en marcha.
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