martes, 27 de marzo de 2012

Para muestra de una propuesta de desarrollo sustentable, visiones de lo ecourbano...


El concepto contemporáneo de paisaje urbano - integrando el campo en la fibra de la ciudad para crear un habitat común - se ha discutido pero se ha ejecutado en pocas instancias aunque sin dudas supone el futuro cercano de lo que podemos visualizar como el desarrollo sustentable. El panorama urbano tradicional ha sido que la ciudad ha crecido de tamaño, que la naturaleza y agricultura ha desaparecido, pues lo urbano y lo rural han presupuesto dos conceptos antagónicos e incompatibles de la manera que se ha planteado la inversión y de hecho falta de planificación integral de la ciudad tal cual vemos en San Juan.


El marco en el que conviene plantear esta reflexión, para que sea operativa, debe ser el de un debate abierto, huyendo de la ilusión de las falsas convergencias, de la exclusividad de espacios conceptuales armónicos limitados solamente a empresas comerciales, a sectores compartamentalizados para ricos y del proceso de crear opresivos espacios marginados para las comunidades tradicionales.


Es precisamente en este amplio terreno de la hibridación, la complementariedad y la compatibilidad de los extremos, donde hay que centrar la reflexión, pero sin caer en las ingenuidades ni en los modelos simplificadores. En contra de lo que parece aconsejar un cierto sentido común, la virtud no está en el término medio: en términos generales, no son posibles soluciones que otorguen simultáneamente el mismo peso a condiciones extremas. La apuesta general es a reducir al máximo el consumo de suelo de mayor contenido sinérgico, debido a sus impactos positivos en otros campos, como son los de la biodiversidad, la movilidad, la energía o los recursos. Una concepción rigurosa de la sostenibilidad urbana exige primero que nada y siempre que sea posible aproximar la idea de ecobarrio al ámbito urbano en su conjunto armónico total.


Desde esta perspectiva, la idea de ecociudad aparece no como una modalidad de intervención, no se trata de acaso otro producto en el supermercado de las ideas y las formas, sino como una meta ineludible a alcanzar y un objetivo de transformación de lo urbano.


Saber cartografiar este proceso es más importante que obligarse en aplicar etiquetas mediáticas. Es en el interior de los propios núcleos urbanos donde se agota la propia lógica del fenómeno urbano. Cada vez son más relevantes los procesos en este ámbito difuso que se extiende en la ciudad. No sirve la aplicación mecánica de conceptos ni la entrega del gran proyecto a estrechos intereses de parcelas capitalistas: partiendo de los ecobarrios y las ecociudades, y generando teoría y práctica más allá de los mismos, el reto está en seguir trazando entre todos el mapa de la sostenibilidad urbana.


En esta oferta hemos combinado representaciones artísticas de un proyecto en curso con fotografías reales de dicho contorno urbano que planteamos guarda muchas afinidades geográficas con Puerto Rico. Motril goza de un clima subtropical templado, propicio para el cultivo de especies como los frutos tropicales y que dan a estas tierras una nota característica y diferenciada. Participa también de las esencias del mar mediterráneo y las templadas y suaves brisas de ser de la costa.


Lo nuevo nace de las tradiciones: el jardín urbano con canales de agua e irrigación agrícola es un sistema de red hecho por los árabes hace 1.000 años, y que presenciamos en Valencia y otros sitios mediterráneos. Forma una geometría de la tierra convertida en jardines accesibles para los ciudadanos usando las tecnologías modernas de la ciudad. De esta historia cultural, los monasterios y las ciudades medievales desarrollaron el concepto del hortulus, o la residencia medieval del jardín, en la cual la casa se fija dentro de un ambiente natural y productivo. Se propone un renacimiento radical de esa herencia.


Tal marco y enfoque ambiental híbrido crea las condiciones ideales para la evolución de recursos urbano-rurales tales como los huertos urbanos, no como un proyecto de producción en masa sino como cooperativas locales e inmediatas a sus entornos de la gente que integran avanzados diseños para las tipologías de la inmobiliaria integradas a instalaciones con tecnologías digitales en una red y partes esenciales de la mezcla del ecobarrio.


Esta visión híbrida ejecutada por el arquitecto Vicente Guallart ha alcanzado el apoyo político completo en Valencia, permitiendo que se haga realidad un proyecto de 3000 unidades residenciales que comenzó su construcción en 2006. Crear las situaciones híbridas necesarias y trabajar con la geografía de las maneras que se relacionan en la complejidad contemporánea de la sociedad, es la misión. Antepuesto a las morfologías tradicionales de la ciudad, su artificialidad como ambiente y exclusión de otras consideraciones, se propone la naturaleza equipada de nuevos significados como las metas. La ciudad se desarrolló como desprendimiento atropellado de lo industrial. La ciudad a otra velocidad, en vez de divorciar y fragmentar los espacios de acuerdo a realidades de injusticias sociales, se esfuerza en crear resonancias y solidaridades estructurales.


Cuando la individualidad irónicamente se ha convertido en un tema obligado de la sociedad, se subvierte el proceso mediante una propuesta de crecimiento en comunidad que exige una arquitectura capaz de reflejar conectividad. En su acercamiento a los ambientes vivos el esquema de los ecobarrios a ecociudades reconoce los tres aspectos de la interacción urbana: lo mental, lo social y lo ambiental como elementos interdependientes: gente que no necesariamente comparten lazos biológicos se relacionan al compartir recursos: espacios públicos.


Este sentido de la ciudad como ecosistema gobernado por reglas similares a las de ecosistemas naturales es la estrategia opuesta a la estructura hiper-racional de sistema de rejilla. Se cambian estas reglas, Guallart lo ha llamado "el espacio urbano sin forma urbana". Todas las ofertas visuales en esta entrada responden y capturan aspectos de una misma localidad en Valencia: Modril.


Nota: Las representaciones artísticas son producto de la firma de arquitectura de Guallart y responden al proyecto denominado "sociópolis" que se encuentra en construcción en Modril.
Enlace con Gullart, disponible en:
http://www.guallart.com/projects/ecobarrio-tropical-neighbourhood


Enlace con blog de Vicente Guallart 'Lógica natural', disponible en:
http://www.guallart-blog.com/blog/


Favor ver:
Ecobarrios y ecociudad: exhortación de un temario necesario para San Juan, Santurce y Río Piedras...
http://ortizfeliciano.blogspot.com/2012/03/ecobarrios-y-ecociudad-exhortacion-de.html


posdata: contrastes.-


El área metropolitana de San Juan visto desde el espacio parece una mancha de cemento y contaminación... ¿es esta la obra de la que hay quienes se enorgullecen...?
El Viejo San Juan amenazada la comunidad tradicional y abandonados los comercios mientras siguen construyendo para los ricos...
Santurce, la avenida Fernández Juncos es una zona de desastres urbanos y los barrios y barriadas olvidados...
Río Piedras, riopedrenses amenazados de ser desplazados, Cupey-Caimito una frontera perdida...
Puerto Nuevo al garete, comunidades del Caño traicionados....
ahhh pero hay un campo de golf municipal...

2 comentarios:

de obras, sobras, zozobras y maniobras... edificios abandonados, ruinas, locales cerrados y en desuso, predios baldíos... dijo...

"En la actualidad, tanto Santurce como Río Piedras son dos sectores de San Juan que sufren un estado de deterioro y decadencia. Durante años el gobierno estatal y municipal ha propuesto innumerables planes y programas para la rehabilitación integral de dichos centros urbanos, pero, los mismos no han sido efectivos. Como consecuencia estos sectores tienen un inventario considerable de estructuras desocupadas y abandonadas."
- coalicion artistas de puerto rico
http://coapr.org/profiles/blogs/el-desarrollo-de-santurce-como

Roberto Ortiz-Feliciano dijo...

Nuestras ciudades igual que la gran mayoría de las grandes ciudades y zonas metropolitanas están en crisis. Podemos intentar interpretar dichas crisis a base de perspectivas locales (como se refleja hoy en los medios) pero se peca de desatender problemas que superan el criterio local. La crisis urbana original de los años setenta fue una crisis de fracaso económico, estimulada por el movimiento de personas, empleos e industria fuera de las ciudades; el vaciamiento de la economía de la ciudad; y la concentración de la pobreza y la desventaja económica en los centros urbanos.
La pobreza, la desigualdad y el racismo estructural son problemas fundamentales que enfrentan nuestras ciudades donde reside más de la mitad de nuestra población. La mayoría de nuestros pobres viven en nuestras ciudades cada vez más concentrados. Su pobreza proviene tanto del desempleo como del trabajo de bajos salarios. Esto conduce a mayores tensiones sociales y delincuencia. También hace que sea cada vez más difícil para los funcionarios locales administrar de manera efectiva nuestras ciudades.
Al buscar explicaciones, debemos centrarnos en las fuerzas económicas a gran escala: la desindustrialización de nuestra economía y la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres.
También debemos analizar el impacto de las políticas públicas en las condiciones de nuestras ciudades.
Igualmente importante, tenemos que hacernos preguntas muy difíciles sobre dos cosas: estrategia y política urbana.
Nuestras ciudades no están preparadas para el futuro porque tres megatendencias están cambiando la naturaleza y el propósito de la vida urbana por los próximos 30 años. Son la urbanización en caos, el envejecimiento de la población y la crisis climática. Los tres están acelerando.
La ciudad que conocemos está mal equipada para hacer frente a los cambios demográficos y la crisis ambiental, tampoco estamos preparados para proteger a los residentes del calor extremo, el aumento de los mares y el clima errático. La falta de transporte público eficiente es la mayor desventaja.
Sin embargo, las ciudades tienen medios financieros limitados y pocas formas de aumentar los impuestos en una economía en contracción.
Escuchar a ciertos comentaristas y políticos con sus peroratas cargadas de críticas y referentes nostálgicos no ayuda en nada.
En octubre de 2019, el grupo C40 de 94 megaciudades mundiales utiliza las cifras del IPCC y el Banco Mundial para pronosticar que 1.600 millones de personas que viven en más de 970 ciudades del mundo estarán regularmente expuestas a temperaturas extremadamente altas para 2050. Igual pronostican que otros 800 millones de personas que viven en 570 ciudades serán vulnerables al aumento del nivel del mar y las inundaciones costeras, incluidas las grandes ciudades costeras del mundo a las que debemos incluirnos por ser isla caribeña.
Al abordar esta realidad y sus inmensos retos no logramos alternativas si nos limitamos a la aritmética presupuestaria y la crítica retórica, la imaginación y la creatividad son herramientas valiosas para dar con soluciones.

Pachi Ortizfeliciano

Ver
https://c40summit2019.org/newsroom/the-future-we-want/